El aprovechamiento micológico es uno de los recursos forestales que más auge está teniendo en los últimos tiempos.
Este éxito se debe al gran atractivo culinario que presentan algunos de estos, y su elevado precio de compra en el mercado, además representa una manera de hacer ejercicio al aire libre y en contacto directo con la naturaleza, hecho que ha causado un fuerte efecto llamada entre las personas con interés en aprender sobre este mundo.
Los hongos poseen una clasificación propia, están enmarcados dentro del reino Fungi, y su principal diferencia con respecto al reino vegetal (plantas) es que son organismos heterótrofos (no producen su propio alimento) y sus paredes celulares están compuestas por quitina en lugar de celulosa.
Existen gran diversidad de tipos de hongos, en función de su ecología, como los saprófitos (se nutren a partir de restos orgánicos, detritus, etc), liquenizados (hongos en simbiosis con algas), micorrizógenos (hongos en simbiosis con las raíces de plantas), y parásitos (se nutren a través de un huésped al que debilitan).
Cuando se habla de hongos, normalmente se tiene la idea de las setas y sus propiedades gastronómicas, o bien se piensa en las enfermedades que causan en la piel o en las plantas. Sin embargo, las aplicaciones de los hongos van mucho más allá de la cocina.
Desde el punto de vista económico hay toda una gama de productos que derivan de los hongos y que tienen aplicaciones en la industria o en la medicina como son la producción de antibióticos y sustancias anticancerígenas, inmunoreguladoras, vitaminas, hormonas, esteroides, aditivos, aromas, potenciadores del sabor o bloqueantes del amargor, cosméticos, etc.
Obviamente la industria alimenticia genera también otros productos en los que intervienen los hongos como son la producción de pan, cerveza, vino, queso y otras fermentaciones por levaduras.
Debido a esta diversidad y al potencial peligro que representan algunos de ellos por su toxicidad, se recomienda no coger/cocinar/comer ninguna seta u hongo que no sepamos con certeza a qué especie pertenece. Es importante tener en cuenta que hasta los más expertos en muchas ocasiones sufren accidentes por un exceso de confianza o por una mala praxis en su preparado/cocinado, por lo que SIEMPRE hemos de extremar las precauciones si queremos recolectar y aprovechar setas nosotros mismos.
No obstante, los hongos y setas representan un alimento delicioso, con un sabor muy especial, y con unas propiedades nutricionales excepcionales. Al igual que las plantas, aportan muy pocas calorías, son ricas en agua y en fibra. Donde destacan más estos alimentos es por su contenido en minerales y vitaminas. Son una buena fuente de aminoácidos esenciales, potasio, de fósforo y de selenio, al mismo tiempo que de Vitaminas como la C, B1, B2, B6, A, E…
Un aspecto de suma importancia para la conservación de este recurso natural es la formación de las personas que las recolectan en los distintos montes, ya que su persistencia en los ecosistemas está condicionada por el método de recolección que se utilice y la delicadeza del recolector a la hora de manipularla. Se recomienda siempre recolectar y transportar los hongos o setas en cestas de materiales como el castaño o el mimbre, que permiten la dispersión de las esporas de estos hongos y con ello su propagación. Además es conveniente utilizar una navaja con un buen filo y un perfil curvado para facilitar el corte del pie, una correcta indumentaria (calzado, abrigo, pantalón), y una buena vista y paciencia serán imprescindibles para que tengamos éxito en nuestro día de recolección.
La regulación de este recurso es imprescindible si se quiere garantizar la protección y conservación de este aprovechamiento forestal. En esta materia, la CC.AA de Castilla y León es pionera en la regulación de estos espacios naturales, estableciendo figuras como los Cotos Micológicos o las Unidades de Gestión de Aprovechamientos Micológicos (UGAM), figuras que ayudan a gestionar de manera conservadora este aprovechamiento.
La plataforma digital Micocyl que la Junta de Castilla y León ha desarrollado en colaboración con el centro tecnológico CESEFOR, es un buen ejemplo del esfuerzo que han empleado para la conservación de este recurso natural en esta CC.AA. Esta plataforma pretende estudiar el potencial micológico de cada territorio, aprovechar de forma sostenible los recursos micológicos, el fomento de buenas prácticas, la incidencia de los beneficios económicos generados en la propiedad forestal y en las poblaciones locales (Desarrollo Rural), garantizar la seguridad y calidad de los productos micológicos de origen castellano leones, difundir el conocimiento en micología, potenciar la cooperación entre agentes sociales y económicos, etc.
A través de esta plataforma, la Junta de Castilla y León ofrece un espacio de información y conocimiento que fomenta la regulación del recurso y las buenas prácticas recolectoras, sin perder de vista las necesidades económico-sociales de los entornos donde se realizan estos aprovechamientos.
El gran potencial micológico de la CC.AA de Extremadura genera la necesidad de establecer canales e instrumentos para la protección, conservación y regulación de este tipo de usos o aprovechamientos. Extremadura presenta distintos hábitats en los que se pueden recolectar estas setas, formados por varios tipos de bosques, como encinares, dehesas y praderas mediterráneas, alcornocales, melojares o rebollares, castañares, bosques de ribera, adelfares, loreras, jarales, y pinares.
En Extremadura la regulación micológica está comenzando a dar sus primeros pasos, estableciendo figuras de protección y regulación para estos usos. No obstante, es necesario un mayor grado de regulación y vigilancia para disuadir a las personas que realizan recolecciones abusivas, sin permiso, y con herramientas y métodos dañinos para el ecosistema y el recurso.